La industria discográfica, que ha experimentado en lo que va de año una caída de ventas de un 30 por ciento, reclama al Gobierno una legislación que les proteja contra la piratería y no descartan medidas tajantes como el corte del acceso a internet a quienes realicen descargas ilegales.

"No queremos subvenciones, ni un Gobierno subsidiario", han señalado los representantes de esta industria, "que genera riqueza y empleo", sino una legislación que les proteja, "tal y como el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, prometió hace seis años a un grupo de artistas, entre los que estaban Alejandro Sanz o David Bisbal, y a los que recibió en La Moncloa", ha recordado Antonio Guisasola, presidente de Promusicae.

En una reunión en la que han estado también presentes los responsables de las discográficas Warner, Emi y Música Global, Charlie Sánchez, Simone Bosé y Salvador Cufi, y el presidente de La Federación Internacional de Productores Fonográficos (IFPI), John Kennedy, se ha denunciado la falta de interés de las administraciones por un sector que, "como todo el mundo, cuando le roban, exige a sus representantes que les protejan".

"Somos un sector en el que no cree nadie, si el cine o el sector del libro tiene problemas, se le apoya, como ocurre con el del motor o la construcción, pero al de la música nunca", ha comentado Guisasola, quien ha explicado que en los últimos cinco años el sector discográfico ha perdido un 40 por ciento del empleo.

Actualmente, ha destacado, las discográficas españolas cuentan con una plantilla de unas 1.200 personas, "pero es que cada empleo en el sector genera otros cien puestos de trabajos en otros como los de la publicidad, los medios de comunicación o los festivales de música".

El año pasado la industria discográfica generó unos 221 millones de euros, pero "este año nos conformaremos con acercarnos a los 200 millones", ha señalado Guisasola.

Los representantes de la industria discográfica, "un sector en continua reforma digital", apuestan por el modelo francés, que da tres avisos a los internautas que se descargan ilegalmente archivos antes de cortar el acceso, porque, según John Kennedy, en "las páginas de descarga legal nunca podrán competir con las de descarga gratuitas, por lo tanto es necesaria una legislación que proteja las industrias culturales y que advierta de que quien las ataque no quedará impune".

"Sabemos que este problema figuraba en la agenda del encuentro entre Obama y Zapatero, pero desconocemos si habrá dado sus frutos", ha comentado Kennedy.

Las últimas estimaciones de la IFPI apuntan a que, después de un mercado sostenido entre 1976 y 2001, la situación española marca un descenso global del 75 por ciento en los últimos ochos años -en Europa es del 54 por ciento-, "así que de cada cuatro discos que se despachaban en 2001 hoy sólo se vende uno".

Y es la IFPI la que advierte de que España "dejará de ocupar en los próximos meses su puesto como uno de los diez mercados discográficos principales del mundo" y de que en el contexto internacional el problema de la piratería en España está cerca de ser el peor de Europa, ya que el número de descargas ilegales en nuestro país es de un 32 por ciento, duplicando la media europea, que es de un 15 por ciento.

Entre los mensajes esperanzadores, se ha destacado el papel de Spotify, el reproductor en línea que permite el acceso en "streaming" a varios millones de canciones y que, en tan sólo nueve meses y sin campañas publicitarias, cuenta con más de 700.000 usuarios españoles, además del asentamiento en España de la venta de música digital a través de servidores como ITunes, eMusic y similares.

Estos días también se promueve entre los representantes musicales la firma de un manifiesto contra la piratería y el cierre de salas, que será presentado públicamente el martes en Madrid y al que se están adhiriendo grandes nombres de la música.