Trabajar dentro del modelo de banca cívica es el requisito fundamental para poder participar en la operación de integración de negocios y puesta en común de políticas de riesgo que pusieron en marcha el pasado miércoles, de manera oficial, CajaCanarias y Caja Navarra. De entrada, media docena de entidades de ahorro españolas han expresado ya su interés en integrarse en el grupo económico que hará de "motor de la mejora de la competitividad y eficiencia operativa" y de "refuerzo de la solvencia y la liquidez".

Así lo adelantaron ayer a este periódico fuentes de la operación, que insistieron en que "cualquier caja, con independencia de su tamaño y de que pertenezca a la red Viálogos o no, puede tomar parte en esta iniciativa". En el comunicado conjunto que difundieron CajaCanarias y Caja Navarra se dejaba claro que "el compromiso alcanzado es fruto de un proceso intenso de conversaciones entre diferentes entidades del sector y podría ser ampliado en el futuro a otras cajas".

El propio presidente de Caja Navarra, Miguel Sanz, valoró ayer el acuerdo rubricado por esta entidad y CajaCanarias para configurar un grupo económico como una "iniciativa extraordinaria" en la que destaca la "complementariedad" y el alejamiento de buscar "poder político territorial". Una lectura con la que coincidió, en una comparecencia en Madrid, la vicepresidenta económica, Elena Salgado.

Sanz, también presidente del Gobierno foral, explicó que el tipo de negocio preferente de CajaCanarias está orientado hacia el turismo y el de Caja Navarra mira prioritariamente a la industria y el mundo empresarial, por lo que es evidente que se complementan. Hechas estas consideraciones, Sanz hizo hincapié en que cualquier otra entidad que quiera incorporarse a este proceso de integración deberá aceptar el concepto de banca cívica" impulsado desde hace años por Caja Navarra, que supone "integrar en el negocio financiero la responsabilidad social corporativa haciendo recaer en los clientes las decisiones sobre hacia dónde se orientan los beneficios de la entidad en relación con la obra social".

Sobre la operación, Sanz reiteró, en declaraciones a Efe, que el proceso "no va a tener ningún corsé" al no necesitar acudir al Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB).

También se dirigió a los empleados de CAN para dejar claro que tampoco se prevén cambios respecto a su situación o ubicación, ya que "una de las condiciones esenciales y ventajas es que no hay una duplicidad de oficinas o de presencia" de estas entidades, salvo en Madrid, donde CajaCanarias tiene una decena de oficinas y Caja Navarra algunas más. Además, "cada una va a mantener su ámbito de influencia en el territorio que tiene adscrito. Donde tiene influencia la va a mantener para ejercer con autonomía su labor financiera y social", subrayó.

CCOO Canarias anunció ayer que exigirá que la naturaleza jurídica y los empleos de CajaCanarias y Caja Navarra "queden garantizados".

Los partidos navarros con representación parlamentaria valoraron ayer el acuerdo alcanzado por CAN y CajaCanarias, si bien desde NaBai e IUN reclamaron más información sobre el marco jurídico y garantías de que no se destruirá empleo.