Manuel Ramón Hernández Suárez, nacido el 15 de agosto de 1952 en La Laguna, duerme desde hace más de tres semanas en un banco de madera de la parada de guaguas del Puerto de la Cruz, después de abandonar su domicilio en el barrio portuense de La Vera "por problemas familiares". Hernández, que debe moverse en silla de ruedas y sufre graves problemas de salud, asegura que sólo pide ayuda para encontrar un techo y poder llevar una vida digna.

Casado y padre de cuatro hijos, lamenta que "la vida lo haya llevado a vivir en la calle" y pide que alguna institución, como el Hogar Santa Rita, lo acoja.

Este vecino portuense afirma que ha elegido la estación de guaguas como lugar de residencia "porque está abierta las 24 horas del día" y tiene unos baños donde intenta asearse, aunque en sus circunstancias mantener la higiene es misión imposible. La comida la obtiene gracias a sus escasos recursos y a la generosidad de las religiosas de un centro cercano.

Su estado físico no le permite trabajar, pero "gracias a Dios" cobra "una ayuda económica de 300 euros" que le permite sobrevivir "a duras penas".

Manuel Ramón no cuenta en la actualidad con ningún tipo de documentación y en sus bolsillos sólo guarda la copia de una denuncia que presentó ante la Policía Nacional, ya que, paradojas de la vida, alguien le robó en la estación de guaguas lo poco que tenía: el DNI, la cartilla de la seguridad social, una libreta bancaria, un bono de guagua, una cartera marrón y los medicamentos que debería estar tomando.

Manuel Ramón Hernández tiene graves dificultades para hablar y, según asegura, pasó más de dos años sin poder articular palabra. Entre toses y con evidentes dificultades respiratorias, narra que ha sido operado del corazón y tiene problemas en sus piernas.

El presidente de la asociación de vecinos La Candelaria del Norte -de La Vera orotavense-, José Peraza, denunció a EL DÍA el caso de Manuel Ramón Hernández y solicita a los Servicios Sociales e instituciones dedicadas a la atención de personas con dificultades que "echen una mano a una persona que se ha visto en la calle por un cúmulo de circunstancias que podrían pasarle a cualquiera".

Este periódico intentó ayer, sin éxito, contactar con algún responsable de los Servicios Sociales del Ayuntamiento portuense para conocer su versión de este caso.