El desconocimiento que existe entre la población en general sobre la enfermedad del sida y del virus que la causa, el VIH, se ve claramente reflejado en el rechazo social que todavía hoy sienten las personas afectadas, que en un porcentaje muy elevado optan por recibir tratamiento fuera de su entorno habitual para evitar el desprecio ciudadano.

El presidente de InfoSida La Palma, Roberto Pérez, reconoció a EL DÍA que "de la gente que nosotros llevamos en la asociación, unas 60 personas, unas 20 van y vienen, incluso llevamos extranjeros que pasan temporadas en La Palma, y puedo decir que sobre un 90% de los usuarios se tratan en el Hospital Universitario de Tenerife. No se quieren tratar en La Palma e incluso tenemos el caso de un usuario que va a Madrid porque tampoco quiere ser reconocido en Tenerife. Desde hace dos años, por la experiencia que ya tenemos, cuando nos llega alguien nuevo a la asociación, le explicamos que puede tratarse aquí o en Tenerife y casi todos optan por ir fuera de la Isla. Incluso, muchos que al principio se tratan aquí, deciden luego marcharse".

Miedo al rechazo.- El responsable de esta asociación, que lleva desde el año 2000 realizando una ardua labor por evitar la propagación del virus, repartiendo incluso preservativos en clubes nocturnos, además de desarrollar campañas informativas sobre la enfermedad, dejó claro que "la mayoría de gente se trata fuera por rechazo social, aunque hay algunos que también se van por mayor simpatía con los personas que los tratan en Tenerife".

El miedo a ser relacionados con esta enfermedad llega incluso a que algunos afectados "no quieran ni pasar por la sede de la asociación. Tenemos casos de personas que se tratan en Tenerife y que luego, para realizar un seguimiento, no desean tener contacto ni tan siquiera con nuestro personal por miedo a ser identificados". Afortunadamente, también hay gente que actúa "con total naturalidad, que no se ocultan, aunque son muy pocos".

"Aquí todos nos conocemos".- Roberto Pérez, que vive con pasión su trabajo al frente de la asociación, resumió las situaciones que se viven de forma contundente: "Estamos en La Palma, aquí casi todos nos conocemos y los usuarios temen encontrarse con un amigo celador, una amiga auxiliar, la prima que es enfermera o la tía cocinera... Al final, optan por irse y tratarse en Tenerife. Además, las consultas con el internista siempre son el mismo día, no se varía, por lo que el personal sanitario o cualquier persona que pase por delante de la consulta ya sabe que todas las personas que están allí sentadas tienen el virus".

El presidente de InfoSida reconoce que "nos hemos dado cuenta de que en la calle hay rechazo. Al principio, hablas con alguien de esta enfermedad y todo bien, pero luego te das cuenta de que hay cierto desprecio, que seguramente se produce por desconocimiento de esta enfermedad", que muchos siguen considerando maldita y creen, aún hoy, que sólo afecta a algunos grupos de riesgo.