El Gran Telescopio Canarias (GTC), que será inaugurado el próximo 24 de julio por Sus Majestades los Reyes de España, produce ciencia desde el pasado mes de marzo, cuando la comunidad astronómica comenzó a desarrollar proyectos concretos de observación. Por vez primera, el GTC permite estudiar con gran resolución objetos que antes sólo se podían observar en nuestra galaxia, la Vía Láctea, gracias al telescopio óptico-infrarrojo más grande del mundo.

Esa condición, entre otras excelencias, lo sitúan como un espacio de investigación apetecible para todos los científicos vinculados a la astronomía. Por ello, la pugna por las primeras horas de observación con el telescopio ha sido considerable por parte de una comunidad astrofísica ansiosa por usar el gigante palmero.

En total se han reservado ya casi 500 horas de observación, pero la concurrencia ha sido mucho más alta. Según se aclara desde el Instituto Astrofísica de Canarias (IAC), "la competitividad es grande y el tiempo, limitado. De media, sólo una de cada cuatro horas de observación solicitadas ha podido ser concedida, por lo que se ha tratado de repartir el tiempo disponible entre diferentes líneas de investigación".

Todo proyecto de gran envergadura lleva consigo un período de optimización y puesta a punto imprescindible antes de alcanzar un estatus de operación fiable. Actualmente, el telescopio opera en modo de "observación por colas", de manera que el equipo de astrónomos del GTC hace las observaciones cuando se cumplen las condiciones que requiere el equipo investigador y las envía a los científicos a medida que se completan.

La mitad del tiempo se dedica a ajustar y mejorar tanto el funcionamiento del telescopio como el de su primer instrumento, OSIRIS, mientras que el resto se destina a la observación astronómica. Una vez alcanzada la máxima eficiencia, los científicos podrán disfrutar del cien por cien del tiempo de observación.

Primeras investigaciones.- Tras las primeras semanas de investigación científica, el Gran Telescopio Canarias ha conseguido entregar sus primeros datos científicos a una media docena de programas de observación, con propuestas que van desde el estudio de planetas más allá del Sistema Solar hasta la búsqueda de galaxias primigenias.

Los primeros investigadores en recibir datos del telescopio fueron Pilar Ruiz, de la Universidad de Barcelona; Alberto Javier Castro-Tirado, del Instituto de Astrofísica de Andalucía; Víctor Béjar, del Instituto de Astrofísica de Canarias; Miguel Chávez, del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica de México, y Eric Ford, de la Universidad de Florida.

La ciencia al límite.- Las propuestas recibidas para observar con el Grantecan destacan por su alta exigencia a las prestaciones del telescopio y por requerir noches con condiciones óptimas. La ciencia a la que aspiran llevará al GTC al límite. Por un lado, las propuestas para estudiar el Universo a gran escala demandan muchas horas de observación, cielos muy oscuros y una atmósfera serena. La "caza" de planetas más allá del Sistema Solar, por otra parte, necesita imágenes muy precisas y se apoya para ello en la gran capacidad colectora de luz del GTC.

Para estos proyectos, en la frontera de lo hasta ahora conocido, la precisión resulta fundamental. Con el GTC iniciando sus observaciones, resulta difícil saber qué propuestas darán los primeros resultados científicos excepcionales. Pronto se verán los resultados.