Es sabido que el agua es un bien escaso y muy limitado en Canarias, si bien la isla de Tenerife contempla cierta ventaja respecto a otras debido a su poderoso caudal de aguas subterráneas. Sin embargo, los recursos de los pozos y galerías subterráneos ya no son suficientes para abastecer a una población que ha crecido de manera desmesurada durante las últimas dos décadas.

Para resolver el problema que podría derivarse de la sobreexplotación de los recursos hídricos subterráneos, el Consejo Insular de Aguas, dependiente del Cabildo de Tenerife, estableció hace ya casi treinta años un plan para crear un nuevo ciclo del agua, alternativo al que se estudia en las escuelas, pero que vendría a dar solución al problema del agotamiento de los recursos hídricos. Si en el ciclo natural del agua ésta pasa por los estados de gaseoso, líquido y sólido en un proceso natural sin fin que regenera los recursos, los avances científicos en esta área han permitido crear un proceso de desalación del agua de mar y reutilización de las aguas residuales que posibilita, de manera artificial, su utilización y aprovechamiento, ya sea para el consumo humano (como en el primer caso) como para el riego de parques y jardines o de campos de golf (en el segundo).

Asimismo, la carga de población que soporta la Isla y la sobreexplotación de los sistemas hídricos subterráneos hicieron que el Cabildo se planteara, ya en la década de los 80 del siglo pasado, reutilizar las aguas residuales y desalar el agua de mar (un privilegio en forma de recurso casi ilimitado del que pueden beneficiarse los territorios insulares) para posibilitar su consumo.

Así nace el complejo hidráulico Adeje-Arona, el único de la Isla constituido por una estación desaladora de agua de mar, por una estación depuradora de aguas residuales y por una estación de pretratamiento y a la que llegan las aguas residuales de Santa Cruz a través de una tubería a lo largo de la autopista del Sur que finaliza en Valle San Lorenzo y cuyas aguas tardan dos días en recorrer la distancia que existe entre la capital y el complejo hidráulico.

Sin embargo, en el sur de la Isla también era necesario desalar agua de mar para el consumo humano, por lo que en mayo de 1998 comenzó a funcionar la desaladora de Adeje-Arona.

De esta forma, el complejo hidráulico Adeje-Arona tiene la particularidad de que reúne en un mismo sistema como piezas engarzadas la desaladora de agua de mar, el pretratamiento de aguas residuales y el sistema de depuración y reutilización.

Además, el complejo será sometido a un proceso de ampliación a través del convenio firmado entre el Gobierno de Canarias y el del Estado, tanto en la planta de desalación de agua de mar como en la de depuración de aguas residuales.

El proceso de desalación

Tanto el consejero insular de Aguas, Pedro Suárez, como el gerente del Consejo Insular de Aguas (CIA), José Fernández Bethencourt, consideran este complejo como uno de los mejores de la Isla y que basa parte de su gran potencial en su importante planta desaladora.

Esta infraestructura cuenta con ocho pozos perforados hasta 40 metros por debajo del nivel del mar que aspiran el agua de mar para su posterior proceso de desalación y entrega en los depósitos de abastecimiento de los ayuntamientos.

Además, la estación desaladora cuenta con la tecnología más eficiente para desalar que es la ósmosis inversa en la que el agua pasa a través de una serie de filtros en los que las sales quedan retenidas a un lado de la membrana mientras que el agua pasa al otro lado de la membrana gracias a una presión que debe alcanzar las 67 atmósferas.

La estación desaladora comenzó generando una capacidad de 5.000 metros cúbicos al día de producción de agua desalada y hoy en día ya se han alcanzado los 20.000 metros cúbicos al día. Con anterioridad, en términos porcentuales se aprovechaba el 40% de agua de mar que se extraía, devolviendo el 60%. Sin embargo, a través de un nuevo procedimiento para tratar la salmuera se puede volver a recuperar un 33% sometiéndola a mayor presión y llegando a un 60% de aprovechamiento de agua de mar. Además, se ha reducido el consumo de energía de la planta.

El complejo hidráulico se complementa con una continuidad de conducciones de transporte de agua gracias a diversas estaciones de bombeo que discurren desde Las Eras hasta Adeje.

De esta manera, pese a que el consejero de Aguas del Cabildo de Tenerife, Pedro Suárez, reconoce que el rápido desarrollo turístico del Sur no ha ido parejo con el de sus infraestructuras generales y particularmente con la depuración y vertido o reutilización de sus aguas residuales, confía en que con los próximos proyectos que se contemplan se pueda llegar a tratar una cantidad de 60.000 metros cúbicos al día de aguas residuales. El destino de estas aguas sería el regadío de zonas verdes y cultivos agrícolas en la zona.