"EL PUERTO no es necesario ni conveniente", afirma Carmen Nieves Gaspar, alcaldesa de Granadilla. Pues no, señora. Ni tiene usted razón, ni la queremos como alcaldesa. Usted es una antitinerfeña feroz. Nunca, en nuestra larga vida profesional, nos habíamos topado con una persona que utilizase tan enconadamente su cargo público con el fin de atacar una obra necesaria para esta Isla, sus habitantes y sus empresas; una obra para comer, recibir educación o ser sinvergüenza o buena persona; es decir, para vivir.

Usted, señora Gaspar, es alcaldesa en virtud de un pacto político para gobernar Granadilla, no para realizar cambios que perjudiquen para siempre a ese municipio y a toda la isla de Tenerife. Descontenta porque EL DÍA le canta estas verdades y otras, ha pretendido usted darle un zarpazo a esta Casa quitándonos la publicidad oficial de su Ayuntamiento. Fíjese usted -fíjense también nuestros lectores- qué comportamiento más democrático. Le recordamos, por si lo ha olvidado, que usted es titular del mencionado Consistorio chasnero gracias a un acuerdo entre CC y el PP, pero se comenta que en realidad está en manos de un solo concejal; un edil de una organización ecologista caracterizada por predicar el "no a todo". Organización que sigue ciegamente las directivas de Las Palmas y del foco antitinerfeño y proqanarión, localizado en la Universidad de La Laguna -qué pena, Dios, qué pena- adecuadas para evitar el progreso de Tenerife, con la que también está relacionado, como militante o simpatizante -no lo sabemos con exactitud, pero creemos que es militante-, un individuo denunciado por esta Casa, debido a las descalificaciones y palabras soeces que ha proferido contra nuestro editor, José Rodríguez. Individuo al que no conocemos personalmente puesto que no forma parte de nuestro estilo el reunirnos con fulanos de baja catadura moral. Sea cual sea la sentencia, en su día publicaremos las declaraciones que ha hecho este desalmado para que nuestros lectores conozcan hasta qué punto insultan aquellos contagiados por la ira de los perros. Insultos que, como la baba, les salen a borbotones por la boca para calificar de miserables a José Rodríguez y a EL DÍA.

Así son algunos miembros o simpatizantes de uno de los partidos con los que cogobierna la alcaldesa de Granadilla. ¿Cómo es posible que los vecinos de esa localidad hayan votado por usted, señora Gaspar? ¿Cómo puede decir que el puerto no es necesario ni conveniente? ¿Y el empleo para matar el hambre? ¿Y el gas? ¿Y todas las obras derivadas del puerto industrial y la planta regasificadora? ¿Cómo es posible que haya usted actuado con tanta ruindad? Y no entramos en el detalle de sus ruindades políticas porque no queremos escandalizar ni a los vecinos de su pueblo, ni a los lectores de EL DÍA.

No nos extraña que nos haya retirado los anuncios oficiales. De los ruines sólo cabe esperar ruindades. ¡Cuántas mentiras dice usted en esa entrevista que le ha hecho un periódico! Menos mal que se trata de una publicación de escasa tirada y con tendencia a la baja. En cualquier caso, ¿cree usted que los tinerfeños confiamos en el comportamiento de Europa y de sus comisarios? En el caso concreto de Granadilla, ¿piensa que confiamos en un eurodiputado español con nombre extranjero, a quien se han acercado los verdes o los de cualquier otro color para que impida las obras del puerto de Granadilla y, en definitiva, para azuzarlo contra Tenerife? ¿Piensa usted, alcaldesa, que el uno o tal vez el dos por ciento de los sebadales que si es que existen se pueden trasladar de todas las islas son importantes para aniquilar una obra socialmente tan imprescindible?