Setecientas personas podrán formarse el próximo año para ser profesores en Secundaria con el máster que ofrecerán de forma conjunta las dos universidades de las Islas y que viene a sustituir al ya extinto Curso de Adaptación Pedagógica (CAP). La Universidad de La Laguna (ULL) y la de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) están ultimando la tramitación de este curso, que comenzará a impartirse, en forma de título interuniversitario, el próximo mes de enero.

Cada uno de los centros dispondrá de 350 plazas, con las que, según el vicerrector de Ordenación Académica de la ULL, José María Palazón, se podrá cubrir toda la demanda. Incluso se ha incluido "un margen por encima", explica. En este sentido, y en contacto con la Consejería de Educación del Gobierno canario, se ha realizado un diseño para "dar cabida a todos los ámbitos de los cuerpos de profesores". En posteriores ediciones, esta oferta se podrá modificar en función de la demanda.

La Universidad lagunera ya ha concluido el proceso de elaboración del título, un trabajo que ha realizado la Comisión de Estudios de Posgrado. Una vez finalice el trámite interno, se solicitará su verificación por parte de las agencias canaria y nacional. La ULL ha "tirado del carro", detalla el vicerrector, durante este proceso. La ULPGC va algo más retrasada, pues no llevará el asunto a su Consejo de Gobierno hasta el 14 de julio.

La urgencia con que el Gobierno central ha dirigido el proceso de implantación del nuevo máster para docentes de Secundaria ha merecido las críticas de los responsables de algunas universidades. "El Ministerio de Educación ha dado muestras claras de improvisar sobre la marcha en muchos procedimientos porque el marco temporal se le ha echado encima", comenta Palazón.

El retraso en la concreción de este curso en el Archipiélago responde, señala el vicerrector de Ordenación Académica, a los diferentes ritmos con que han trabajado las dos universidades, así como a la "complejidad" del proceso, que afecta a una cincuentena de especialidades y a un volumen de alumnos "relativamente grande" y exige una planificación, sobre todo en lo referido a las prácticas en centros educativos, que "no puede hacerse de un día para otro".

En cuanto a la propuesta, formulada por sectores de las universidades, de establecer una moratoria en la aplicación de este máster, José María Palazón reconoce que "analizando cómo se han ido desarrollando las cosas, es fácil coincidir con esta idea". Sin embargo, afirma que, "visto el chiringuito que algunos se han montado con el CAP, encontrando oportunidades de negocio para ofertar una formación descafeinada, es preferible cerrar el proceso lo antes posible".

Las demandas de los rectores para que el Ministerio de Educación definiera el procedimiento para implantar este curso de posgrado y flexibilizara su implantación cristalizaron el mes pasado en un acuerdo del Consejo de Universidades que reduce el requisito de presencialidad del 80% al 65% de los créditos totales y establece que la acreditación del dominio de una lengua extranjera debe realizarse al final y no al comienzo del curso.