La cinta "Stolen" (robados) denunció la existencia de la esclavitud y su aceptación en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) en el Festival de Cine de Sídney pese a la oposición del Frente Polisario.

"Desde hace más de un año el Frente Polisario ha hecho de todo para intentar impedir que estrenáramos el documental", declaró la australiana-boliviana Violeta Ayala codirectora del filme con el australiano Dan Fallshaw.

"Nosotros queríamos hacer una historia sobre el Frente Polisario, queríamos ayudarles, no teníamos intenciones de filmar un documental político, pero vimos que esa gente está viviendo en una prisión política", manifestó Ayala.

El Frente Polisario invitó a ambos realizadores a visitar el campamento de refugiados "Veintisiete de febrero" de Tinduf en 2007 para rodar un documental sobre el programa de reunificación familiar gestionado por la ONU, y les acompañó el representante de la organización en Australia, Kamal Fadel.

La obra recoge la historia de Fetim Sel-Lami-Handi, una mujer saharaui de raza negra, de su hija de 15 años, Leil Baba Hussein, y del reencuentro de la primera con su madre biológica, Embarka, a quien no veía desde hacia tres décadas, desde la invasión marroquí del Sahara Occidental.

Embarka narra en el documental que fue esclava del padre de Deido Ambark Omar, una mujer blanca, y que tuvo con él varios hijos. Deido escogió a Fetim como su esclava.

"Cuando quitan a un niño blanco es un crimen y cuando es negro es una costumbre social", manifestó Ayala refiriéndose a la explicación que ofrece una representante de la ONU en el documental sobre esta situación.

Cuando el Frente Polisario se dio cuenta del rumbo que tomaba el trabajo comenzaron las presiones y llegaron a tener retenidos durante seis días a Ayala y Fallshaw, hasta que ayudados por la ONU y la embajada australiana escaparon a París tras esconder el material.

Marruecos, para minar la credibilidad del Frente Polisario, les ayudó a recuperar la filmación salvo la parte que hablaba del mismo problema en territorio marroquí.

Ayala y Fallshaw denunciaron el problema a Human Rights Watch (HRW) en 2008 y la organización abrió su propia investigación y concluyó que algunos de los saharauis de raza negra, una minoría en los campos, son "propiedad" de personas o familias "blancas".

El informe presentado por HRW el año pasado establece que en la actualidad los derechos del amo sobre el esclavo han quedado reducidos a las mujeres, quienes necesitan permiso del dueño para casarse.

Emirik Olud Salem muestra ante la cámara su cédula de liberación fechada el 29 de septiembre de 2005 y en la que se lee "el cuello de Emirik Olud Salem es libre desde hoy", y asegura si hablas de la esclavitud "te encarcelan. Simplemente desapareces".

"No tiene nada que ver con el conflicto político, tiene que ver con la esclavitud. Estoy en contra de ser propiedad de alguien. Quiero que el mundo conozca nuestra historia y nos ayude", apunta su amigo Matala en el documental.

El representante del Frente Polisario en Australia intentó detener a Ayala y Fallshaw, escribió cartas a los productores, acusó a los autores de mentir, de manipular la verdad, de presionar a los entrevistados, y después llevó a Fetim al Festival de Cine de Sídney.

"Casi todo en la película es mentira, que soy una esclava y que mi madre es una esclava", dijo Fetim a través de una intérprete en el cine donde se estrenó la cinta.

El Frente Polisario mantiene que la esclavitud está prohibida, y apoya esta afirmación con el argumento de que no se ha denunciado ningún caso de esta práctica desde 1976.