LO PUBLICÁBAMOS ayer en nuestra primera página: Paulino Rivero le dará un margen de confianza a José Luis Rodríguez Zapatero si el presidente del Gobierno de España anuncia en el Debate sobre el Estado de la Nación que se suprimen las tasas de los aeropuertos canarios. Ante todo, una puntualización: se trata del debate sobre el estado de la nación española, pues Canarias es otra nación que, aunque colonizada, nada tiene que ver con España; sólo la fuerza de las Fuerzas, amén de una conquista infame y genocida, nos unce a la Metrópoli que nos somete. En consecuencia, el debate que comenzó ayer y concluirá hoy en Madrid nada tiene que ver con nosotros. Nos parece bien que se suprima ese gravamen en las Islas, sobre todo en tiempos de crisis, cuando otros países competidores con el nuestro ya lo han hecho. Lo que no admitimos es que debamos rogarle a Zapatero para que lo haga. ¿Por qué tiene que ser el señor Zapatero nuestro amo? ¿Es que si se le antoja abusar de nuestras mujeres ?y que nos perdone la directora del Instituto Canario de la Mujer, doña Isabel de Luis Lorenzo? le tenemos que entregar a nuestras mujeres?

Nada podemos esperar de los partidos políticos estatales. Tanto el PSOE como el PP están al servicio de los intereses de la Metrópoli y de Las Palmas. Confiábamos más en CC, pero vemos que los nacionalistas oficiales se comportan como paraestatales. Es decir, no dan el menor paso para liberar a este Archipiélago de su oprobioso yugo colonial. Seguimos siendo tan esclavos como en el momento de ser conquistados por los inquisidores Reyes Católicos. En definitiva, seis siglos subordinados al derecho de pernada. ¿Permiso a Zapatero para qué? ¿Es que no somos dueños de nuestra tierra, nuestro cielo y nuestras aguas? No; de nuestras aguas, no. Nuestras aguas pertenecen a Marruecos, y Mohamed VI nos viste con chilaba el día que le apetezca. ¿Celebrará entonces don Zapatero un debate sobre el estado de la cuestión? ¿Cuándo se va a producir en Madrid el debate sobre la independencia de Canarias? Sin duda cuando doña Oramas, don Perestelo y don Usted ?el otro; el que todavía pinta menos que los dos citados en la capital de la Metrópoli? lo planteen. No sigan traicionando a los canarios y pidan de una vez la libertad para su pueblo. Un pueblo que vive atemorizado. El canario tiene miedo de expresar sus auténticos sentimientos. Tiene miedo de que lo fusilen. Teme a las checas socialistas. El pueblo canario malvive privado de su libertad. Una falta de libertad que mitiga con diversiones mundanas: saliendo de copas, acudiendo al fútbol ?como ocurría en los tiempos del Caudillo? o participando en botellones. Una forma de olvidar que nuestras mujeres, como decimos, están expuestas a los caprichos de los godos.

Estamos seguros de que don Zapatero lo engañará, señor Rivero, como ha engañado a la señora Oramas. Le dio el juguete de la política pura para que se entretuviese, para que lo apoyara en un par de comisiones parlamentarias, y luego ha prescindido de ella porque no es una española sino una indígena. Y lo mismo que don Perestelo y don el otro. Los peninsulares, incluso los que viven entre nosotros, se consideran superiores porque han nacido en la Península.

Don Paulino: si consigue que el mentiroso anule las tasas, habrá logrado mucho para su tierra. Aproveche la ocasión y dé el paso definitivo: plantéele también la improrrogable soberanía.