La labor silenciosa y callada que realizan las monjas de la orden de Marta y María, sobre todo con discapacitados en Canarias, como en el resto del mundo, salió ayer un poco más a la luz en la ceremonia de profesión solemne o votos perpetuos que realizaron 22 religiosas de esta vocación ante el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, en La Orotava, villa natal de una de las jóvenes de ese grupo que se comprometieron públicamente con su compromiso.

Junto con la monja canaria se encontraba una argentina y veinte guatemaltecas, país en el que nació esta orden, el 6 de enero de 1979.

Desde Guatemala se ha extendido por los cinco continentes, pero fue Tenerife el primer lugar de la expansión, precisamente, porque los Hermanos Beletmitas pidieron a los fundadores de Marta y María que enviaran a sus religiosas a la Isla, donde comenzaron a atender a personas con discapacidad, en colaboración con el Instituto de Atención Social y Sociosanitario (IASS) del Cabildo tinerfeño.

La primera casa de la orden que se instaló en Tenerife se denominó Hogar de San José, en Finca España, "que ha sido como una escuela de formación para las nuevas vocaciones y de donde han salido religiosas hacia ocho países", tal y como explicó a EL DÍA la madre Yadira, quien señaló que la orden está en vísperas de empezar a trabajar en India.

Explicó que sus religiosas ya llevan años en África, concretamente en Marruecos y Etiopía, además de trabajar en la Península, el Archipiélago balear y en algunos países de Europa, como Italia.

Esta orden tiene en Canarias 16 casas, repartidas entre Tenerife, La Palma y Gran Canaria, donde desarrollan un amplio trabajo con personas discapacitadas (físicas y mentales), además de encargarse de la pastoral de catequesis o dar clases. En otros países realizan una importante tarea con la acogida de niños desamparados.

La Concepción, abarrotada

La ceremonia celebrada ayer, en la iglesia de La Concepción de La Orotava, el obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura, acompañó a monseñor Álvarez, "porque una de las hermanas trabaja en el Obispado de Ibiza", precisó la madre Yadira.

La homilía corrió a cargo del obispo tinerfeño, quien resaltó que las vocaciones siguen estando presentes en la sociedad del siglo XXI, como se ponía de manifiesto en ese momento, en el que una veintena de jóvenes se comprometían para toda la vida a servir a Dios mediante su vocación de servicio a los más necesitados.

La eucaristía estuvo concelebrada por 40 sacerdotes, que acompañaron a los dos obispos en la celebración eucarística. El templo estaba repleto de personas, entre las que figuraban colaboradores de la orden de Marta y María en todo el mundo, como un apersona de Venezuela que realizó una de las lecturas de la misa, además de personas argentinas o italianas que se desplazaron hasta Tenerife para participar en este solemne acto religioso.

La madre Yadira adelantó que existe otra joven canaria que se prepara para seguir su camino vocacional en la orden de Marta y María. Así se vuelve a poner de manifiesto que sigue habiendo vocaciones en el siglo XXI.