La propuesta en el Congreso de Perú de un proyecto de ley para autorizar el procesamiento de la hoja de coca en usos alimentarios ha levantado hoy una nueva polémica en un país empeñado en erradicar ese cultivo y que es el segundo productor mundial de cocaína.

La Comisión de Defensa Nacional del Congreso aprobó el miércoles el proyecto de ley para permitir la transformación y comercialización de esta planta en harina y saborizantes, una decisión que coincide con la petición a la ONU del presidente boliviano, Evo Morales, para despenalizar la hoja de coca.

Si prospera la medida, la lucha contra el narcotráfico se vería afectada, porque ese proyecto alienta el incremento de los cultivos de coca, materia prima para elaborar cocaína, advirtió hoy el primer ministro peruano, Yehude Simon.

"(El Congreso) tiene que tener mucho cuidado", alertó.

En 2008, los cultivos de hoja de coca, sustento de unas 50.000 familias, ocupaban 53.000 hectáreas en Perú, que producen 110.000 toneladas de esta planta, pero sólo unas 10.000 toneladas se destinan para el consumo tradicional.

En Perú ya se elaboran unos 80 productos, entre cervezas y vinos de hoja de coca, así como galletas, chocolates, mates e infusiones, helados y harinas, pero de forma artesanal.

"Enaco (empresa estatal) les paga a los campesinos 50 soles (unos 12 euros) por cada arroba de hoja de coca y lo vende a 250 soles (60 euros) y el narcotráfico en el mercado negro les paga entre 100 y 120 soles (24 a 29 euros) y ellos siguen siendo igual de pobres que hace 30 años", afirmó Marco Olano, asesor de la congresista Nancy Obregón, autora de la iniciativa legal.

Olano precisó que la propuesta pretende que las autoridades elaboren un padrón de los cocaleros y controlen el cultivo, recolección, distribución y transformación de la planta en harina.

El "zar antidrogas", Rómulo Pizarro, mostró su preocupación por la medida y señaló desde Viena, en declaraciones a la agencia oficial Andina, que la proliferación de cultivos de hoja de coca "causará una mayor deforestación" y afectará al programa de sustitución de cultivos ilícitos por otros rentables.

En ese mismo sentido se pronunció el ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi, que dijo a Efe que, si se aprueba la medida, se favorecerá a los grupos de narcotraficantes locales, colombianos y mexicanos que en algunas zonas cocaleras se han aliado a remanentes terroristas y desde Perú exportan droga a Europa y EEUU.

Rospigliosi consideró que los narcotraficantes tienen a grandes científicos a su servicio y que podrían extraer el alcaloide de la harina de coca para fabricar droga.

A pesar de considerar que la iniciativa no prosperará en el Congreso, el experto en desarrollo rural en zonas cocaleras Hugo Cabieses dijo a Efe que se "trata de un buen proyecto de ley porque va a combatir mucho mejor al narcotráfico de lo que se esta haciendo ahora" y promoverá la industria artesanal local.

Agregó que la política de lucha antidroga del Gobierno peruano, "calco y copia" de la estadounidense, golpea los extremos de la cadena del narcotráfico, especialmente a los campesinos, y deja sueltos a los eslabones intermedios.